PEDRO IZUZQUIZA

El Canto Prenatal: La importancia de cantar durante el embarazo.

   «La voz es el instrumento comunicativo y terapéutico más potente que posee el ser humano» (Elisa Benassi, Fundadora de EssereVoce Ⓡ y formadora en Canto Prenatal).

Marie Louise Aucher (1908-1994), cantante y profesora francesa, desarrolla en los años 50  la Psychophonie Ⓡ, disciplina que armoniza a la persona a través de la voz hablada y del canto. La aplicación de esta disciplina en el  acompañamiento de las madres durante el embarazo, constituye el Canto Prenatal. A lo largo de estas líneas explicaré la importancia de la música en el desarrollo de la persona y de los beneficios de cantar durante el embarazo con este enfoque que refuerza enormemente el vínculo entre la madre y el bebé y prepara su llegada al mundo.

 

 

La música constituye un elemento fundamental en el  desarrollo integral del ser humano.  Cuando le preguntaron al pedagogo y compositor húngaro Zoltán Kodály cuándo debería de comenzar la educación musical del niño, él contestó: “nueve meses antes de nacer el bebé”,  pero tiempo después afirmó: “nueve meses antes de nacer… la madre del bebé”. Esta afirmación es compartida por otros grandes pedagogos como Edgar Willems, coincidiendo todos en que una buena estimulación musical temprana es enormemente beneficiosa  para el desarrollo integral de la persona.

Cuando comencé mi trabajo hace más de veinte años como profesor de música y movimiento, los niños entraban en la escuela de música  a partir de los 5 años; pero poco a poco, fui abriendo grupos con niños más pequeños, empezando a los 3 años. Puesto que las clases estaban siempre abiertas a las familias,  y viendo que los hermanos pequeños de los alumnos se lo pasaban en grande desde el carrito o en brazos en un rincón de la clase, comencé a trabajar con bebés y con sus padres. No sólo se trataba de estimular musicalmente al bebé, de que se impregnara desde el principio de música, sino de fortalecer el vínculo entre los padres y el bebé: ese tiempo que pasaban juntos jugando, bailando, cantando al bebé (con masajes), explorando instrumentos… era un verdadero regalo que hacían a sus hijos y a sí mismos. Así pues, ya intuía entonces que acabaría yendo más atrás, para acabar trabajando con madres embarazadas.

 

Como decía al comienzo del artículo, Marie Louise Aucher (1908-1994), desarrolla en los años 50  la Psychophonie , basada en la relación entre los sonidos y el cuerpo;  puesto que ella cantaba profesionalmente en París acompañada del órgano las mismas obras una y otra vez, se negó a hacerlo de una forma mecánica y poco a poco descubrió las correspondencias vibratorias entre los sonidos y su propio cuerpo. Es necesario señalar que todos los descubrimientos que iba haciendo como cantante y con sus alumnos, fueron contrastados con médicos, psiquiatras, científicos, matronas y demás profesionales de diversos ámbitos que contribuyeron al desarrollo de esta disciplina que busca la armonización física y psíquica del ser humano a través de la voz hablada y cantada, abordando el fenómeno vocal desde diferentes ángulos, de una manera holística y no puramente biomecánica, estética o musical.

 

En la maternidad de Phitiviers, M. L. Aucher hacía cantar a las madres a lo largo de todo el embarazo, luego a las familias, y después a toda la comunidad, ofreciendo una acogida humana y calurosa para el bebé a través del canto. Es así como nace el Canto Prenatal, la aplicación de la Psychophonie durante el embarazo: un acompañamiento a las madres a través del canto y del trabajo corporal. Este trabajo lo desarrolla en los años 70 apoyada por los doctores Frédéric Leboyer y Michel Odent.  Es importante no confundir Canto Prenatal con preparación al parto, si bien existe una preparación al parto desde el enfoque de la Psicofonía (ver bibliografía).

 

Durante la vida fetal, los sonidos son percibidos por la piel mucho antes que por el oído; las estructuras táctiles se desarrollan en primer lugar. Podemos hablar por lo tanto de una “sinfonía prenatal” (latido cardíaco y respiración de la madre y del bebé, fluídos, voces) que constituye una primera huella sonora. Las voces y los sonidos tienen una importancia enorme en nuestro desarrollo; éstos llegan a través de los huesos y del líquido amniótico.  Aunque el oído no se desarrolla hasta el sexto mes de embarazo, el recién nacido reconoce la voz de la madre, la del padre, así como la música y las canciones cantadas durante el embarazo.  El Canto Prenatal favorece la fisiología del parto y el viaje del bebé al nacer, que ha recibido la huella de sus voces sobre su sistema nervioso antes de que sus oídos sean funcionales: brazos, piernas y nuca tienen una mayor tonicidad, y los ojos están abiertos; seguir cantando después del nacimiento ayuda enormemente en este momento de transición.

 

 

El embarazo es por lo tanto un momento idóneo para cantar: las sesiones de Canto Prenatal  pueden comenzar desde el primer trimestre y ofrecen una posibilidad única de entrar en contacto con el bebé a través de la voz y de la vibración. El Canto Prenatal ofrece una ocasión única para compartir lo que las madres están viviendo, una conexión con su propia realidad a través  del canto: es un espacio para el juego, el placer y la  creatividad. Pero, ¿en qué consiste una sesión de Canto Prenatal? Todas las madres con las que he trabajado me han dicho que por mucho que yo explicara el trabajo detalladamente, no lo entendieron hasta que comenzaron a practicar ellas mismas este recorrido personal de armonización a través del canto.

 

Las sesiones tienen lugar por lo general una vez por semana, y se puede comenzar en cualquier momento del embarazo, si bien el trabajo dependerá del trimestre en el que se encuentren. A las sesiones pueden acudir (y de hecho es muy recomendable) sus parejas, ya que eso consolida el vínculo entre ellos para acoger al bebé.

Tras una breve introducción comenzamos por un trabajo corporal que prepara a nuestro cuerpo para la sesión, lo activa y lo equilibra;  nuestro cuerpo es nuestro propio instrumento y los cinco sentidos tienen un papel fundamental en este trabajo consciente.

 Posteriormente, las vocalizaciones de base refuerzan nuestra verticalidad y nos permiten sentir  cómo vibran determinados puntos del cuerpo. El trabajo de la verticalidad es muy importante, para que la madre pueda llevar bien el peso del bebé, reforzar el suelo pélvico, evitar la lordosis y canalizar adecuadamente la energía.

El desarrollo de esta sensibilidad y consciencia nos llevan a mirar hacia dentro y dan seguridad y confianza a las madres; y es en la escucha de estas sensaciones que la madre entra en contacto con el bebé. El sonido hace que el bebé vibre, se produce un masaje sonoro que contribuye a su desarrollo neuronal y procura una mejor oxigenación de la madre y del bebé. Ésta es una experiencia extraordinaria, ya que cuando la voz se dirige intencionadamente al bebé, está más timbrada, llena de armónicos y de amor por él.

 Acompañados por el piano, cantamos un repertorio variado de canciones y nanas cuidadosamente escogidas, favoreciendo la comunicación con el bebé y creando un espacio de bienestar y acogida: estos cantos acompañan a la pareja durante todo el proceso que prepara la llegada del bebé.  Éste es un gran regalo que le hacemos a nuestro hijo/ay deja una huella muy profunda.

 

 “Los bosques estarían en  silencio si solo cantaran  aquellos que lo hacen mejor”; con esta cita de Henry van Dyke,  no debemos olvidar que todo el mundo puede cantar, la música es para todos (no sólo para los que tienen “oído”), y por lo tanto no hay que tener conocimientos musicales ni haber cantado previamente para poder disfrutar de esta experiencia extraordinaria.

 

 

Pedro Izuzquiza Gasset (Escuela de Música El Molino de las Letras).

Formado en Canto Prenatal con  Elisa Benassi, he trabajado como  profesor de música en diferentes  colegios y escuelas de música  durante más de veinte años,  centrando mi enfoque en la voz  como primer instrumento y  formándome en canto con el  maestro Javier Recio.

A través del trabajo corporal holístico (Holo-Pedá de Catherine  Victor) pude  descubrir la Psychophonie  de Marie-Louise Aucher, y llevé a cabo  los cuatro niveles (algunos de  ellos varias veces) con Elisa  Benassi, con quien actualmente estudio la formación profesional para la aplicación de la Psicofonía en grupo .

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